La crisis de Puerto Rico y tú

Los profetas del desastre han proclamado la crisis desde todos los ángulos equivocados. Es buen momento para tomar el asunto de manera personal.

Existen varias cosas que todo ciudadano común debe conocer acerca de la llamada crisis fiscal de Puerto Rico, de manera que pueda saber qué cosas debe hacer y cuáles medidas puede tomar para mantenerse financieramente estable y hasta prosperar en medio de la tormenta.

Primero, Puerto Rico no está en quiebra; el gobierno está en quiebra y está tomando una serie de medidas estúpidas, acciones demenciales y no tiene la capacidad moral ni administrativa para resolver la crisis. Las leyes que han aprobado de forma desesperada solamente han tenido un efecto adverso, contrario al esperado. La escalada de impuestos, dirigida a emprobrecer al ciudadano de a pie, no ha logrado los recaudos necesarios ni siquiera para pagar los intereses de la descomunal deuda pública.

Segundo, los medios presentan la historia desde el punto de vista de los inversionistas. Eso abona mucho más a la desinformación y a la angustia que ello puede causar en las personas comunes. Es cierto que la deblacle en las finanzas del gobierno tiene un efecto directo en las personas, comercio e industria, pero no significa que si el barco gubernamental se hunde, se tenga que hundir consigo toda la flotilla. Un buen ejemplo de esto es que muchos municipios tienen unas finanzas saludables mientras el gobierno central está ahogado en la deuda.

Tercero, repartir culpas no soluciona el problema ni a corto ni a largo plazo. Es cierto que el bipartidismo es la causa directa de la "embrolla". A ello abona mucho la situación colonial de Puerto Rico, la emigración masiva y la dependencia en los programas quebrados del gobierno. Pero estar conscientes de esos factores, no abona nada a la solución de la crisis; tampoco ayuda tratar de hacer que sean otros los que paguen la deuda que no acumularon. Además, la actual administración ha fallado en proveer los estados de situación fiscal y, más notablemente, los estado financieros auditados que se necesitan como punto de partida para cualquiera de las soluciones propuestas.

Cuarto, la deuda no se puede pagar con los recursos del gobierno. El gobierno no produce dinero; los ciudadanos y las empresas producen dinero. Por tal razón se han inventado estrangular a la industria, el comercio y al ciudadano común con impuestos onerosos que en nada aportan al desarrollo económico. Cualquier impuesto que exceda el 10% es un atraco a mano armada. De hecho, estadísticamente el IVU ha sido un rotundo fracaso; eso es conocido desde los primeros dos años de su imposición. Aumentarlo al 11.5%, con la consiguiente maraña impositiva, solamente lo hizo más ineficaz; cuando lo aumenten al 16% será buen momento para considerar comprar un pasaje ida a cualquier otra parte del planeta.

Para abonar a la incertidumbre, la administración actual no brinda la información fiscal básica y no aparece en los organismos de los Estados Unidos y mucho menos en los organismos internacionales que publican dicha información.

En nuestro próximo artículo explicaremos cómo funcionan las economías paralelas y qué pueden hacer los ciudadanos y las empresas para no caer estrelladas junto al gobierno, incluso elaborar estrategias para pescar en río revuelto.

Referencias:

Bureau of Economics Analisys (2016). Gross Domestic Product (GDP) for the U.S. Territories. Recuperado de: http://bea.gov/national/gdp_territory.htm

Metro Puerto Rico (2015). Sacan a Puerto Rico de lista competitividad del Foro Económico Mundial.  Recuperado de: http://www.metro.pr/noticias/sacan-a-puerto-rico-de-lista-competitividad-del-foro-economico-mundial/pGXoiC!YksgBd1iUmYkw/

Parkin, M. (2012). Macroeconomía, Versión Para Latinoamerica. Novena Edición. México: Pearson Educación.